Haitianos preocupados por falta de ayuda de Estados Unidos para su país en crisis

Una crisis política seguida de desastres naturales ha dejado a la nación caribeña de Haití, que de por sí es uno de los países más pobres del mundo, sin estabilidad y sin recursos cruciales.

A los haitianos en todo el mundo, incluidos los aproximadamente 2 millones en Estados Unidos, les preocupa que la situación empeore en su patria y para sus 11 millones de ciudadanos.


Tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en su casa en la capital, Puerto Príncipe, el 7 de julio, las pandillas llenaron el vacío de liderazgo. A medida que aumentaron su control de varias ciudades y municipios, incluida la capital, muchos temieron aventurarse al exterior o expresarse en oposición.

Casi seis semanas después, un gran sismo de magnitud 7.2 devastó el país, y tres días después, la tormenta tropical Grace dejó miles de haitianos muertos, heridos o sin hogar.

Otra inestabilidad causada por el terremoto es la falta educación para los niños de Haití.

Después del terremoto, el primer ministro de Haití, el doctor Ariel Henry, dijo el 2 de septiembre: “Para que las escuelas abran, tenemos mucho trabajo por hacer. Tenemos que remover los escombros y construir estructuras para acomodar a los niños”.

Las escuelas están programadas para abrir el 4 de octubre, después de posponer la fecha original del 6 de septiembre.

El entonces presidente de Haití, Jovenel Moise, se dirige a la Asamblea General de la ONU, el 27 de septiembre de 2018, en la ciudad de Nueva York. (John Moore/Getty Images)

Una batalla cuesta arriba

Si bien la ayuda internacional, que incluye alimentos la atención médica, avanza a contracorriente hacia la recuperación, muchos haitianos en Estados Unidos temen lo que está por venir.

Pierre Nicolas, oriundo de Haití, ahora ciudadano estadounidense y residente de Brooklyn, Nueva York, dijo que él y otros haitianos quieren que las personas en su país de origen disfruten de algunas de las oportunidades que permiten a los estadounidenses hacer realidad sus sueños, mantener a sus familias y vivir en paz.

“Los haitianos, dondequiera que vivan, necesitan comprender el significado y el lugar de nuestro país en la historia”, dijo Nicolás, padre de tres niños, quien se ha asegurado de que sus hijos sepan “la verdad”.

“No espero que mis hermanos y hermanas se tomen de la mano y canten canciones como ‘Kumbaya’, pero si más de ellos supieran los hechos detrás de cómo Haití obtuvo su libertad, el primer país negro en asegurar exitosamente su independencia en el hemisferio occidental, tal vez dejaríamos de promover la violencia entre negros en nuestro propio país y comenzaríamos a enorgullecernos más de quiénes somos como pueblo”, dijo Nicolas.

“A pesar de nuestra capacidad de resiliencia, siempre ha habido fuerzas opuestas a nuestra supervivencia. Eso es algo de lo que me he asegurado que comprendan mis hijos. Si bien han disfrutado de las comodidades del hogar que los estadounidenses de clase media consideran como la norma, también han sido testigos de la lucha diaria por sobrevivir que prevalece para la mayoría de los haitianos. Han experimentado esto de primera mano durante las visitas anuales a sus abuelos, que todavía viven en Haití.

“Quizás por ahora se trate de supervivencia. Pero algún día espero que Haití se dé cuenta de que tiene enormes recursos naturales [minerales, gas natural, madera] que podrían mejorar la calidad de vida de las masas”, dijo. “Solo necesitamos hacer de la educación una prioridad y una oportunidad para cualquiera que la desee. Y necesitamos líderes comprometidos con establecer un motor económico que nos beneficie a todos, no solo a unos pocos”.

Los bomberos en Les Cayes, Haití, se toman un descanso durante los esfuerzos de búsqueda de sobrevivientes en un edificio colapsado después de un terremoto de magnitud 7.2, el 17 de agosto. (Richard Pierrin/Getty Images)

Jean-Marie Jean Pierre, quien se fue de Haití a Estados Unidos durante su adolescencia, solo y sin estar familiarizado con el idioma inglés, aprovechó todas las oportunidades educativas que pudo encontrar y, finalmente, obtuvo títulos de posgrado y un doctorado de la Universidad de Howard, en Washington, DC, en 2001.

Sin embargo, dice que a menudo se siente como un hombre sin país.

“La vida en Haití ya era precaria, incluso antes de que el terremoto de 2010 diezmara la infraestructura y la economía del país”, dijo. “Pero con el reciente asesinato de nuestro presidente, un evento que no había ocurrido en suelo haitiano desde 1915, el nivel de incertidumbre política ha aumentado a proporciones peligrosas y es una situación aterradora”, dijo.

“Haití ha pagado durante mucho tiempo el precio por ser el primer país negro independiente del hemisferio occidental. Recuerden, Trump nos llamó un ‘país de mierda’”.

“En cuanto a las respuestas a los problemas de Haití, aquellos que como yo están educados y entienden el país porque está en nuestro ADN, debemos ser incluidos en las discusiones sobre soluciones a largo plazo. Estados Unidos necesita involucrar a miembros de la diáspora haitiana, pero, en lugar de eso, continúa apoyando a un gobierno que comparte sus intereses, a veces sin anteponer las necesidades de Haití”, dijo Pierre, un veterano de 23 años con la NASA, quien visitó Haití por última vez en 2010.

La respuesta de la administración estadounidense

Al hablar sobre si Estados Unidos se ha olvidado de Haití y las súplicas urgentes de asistencia de sus líderes, el 9 de septiembre, la subsecretaria de prensa, Karine Jean-Pierre habló en nombre del presidente Joseph R. Biden Jr. en una llamada telefónica con un grupo de periodistas.

“Continuaremos apoyando elecciones justas y abiertas en Haití, así como brindando asistencia a sus ciudadanos, especialmente mediante recursos médicos, mientras intentan recuperarse del último huracán y del terremoto”, dijo Jean Pierre, nativa de Haití.

“…La administración de Biden cree que la reestructuración del gobierno debe ser facilitada por el pueblo de Haití”, dijo. “Estados Unidos apoya un diálogo liderado por Haití y cree que es su decisión formar un equipo de líderes comprometidos con el mantenimiento del proceso democrático. Una solución desarrollada por Haití para los problemas y desafíos de la nación es lo que Estados Unidos alienta y apoya…”.

Jean Pierre refutó las críticas recientes de que las políticas relacionadas con Haití respaldadas por la administración Trump han sido mantenidas por el presidente Biden.

“Cuando vimos la devastación sufrida por Haití tras el reciente huracán, inmediatamente nos pusimos en acción; eso no es lo que habría hecho la administración de Trump”, dijo.

Un informe del Departamento de Estado titulado “Las relaciones entre Estados Unidos y Haití”, publicado el 6 de enero de 2020, al final de la administración de Trump, detalla la ayuda proporcionada a la nación caribeña desde un gran terremoto ocurrido anteriormente, en 2010. El informe incluye la ayuda de Estados Unidos por un total de más de 5 mil millones de dólares, y las preferencias comerciales de Estados Unidos para Haití, dado que Estados Unidos es el mayor socio comercial del país caribeño.

Además, el informe dice: “La transición de Haití hacia una democracia fuerte es importante para Estados Unidos. Instituciones democráticas sólidas, en particular la celebración de elecciones regulares libres y justas, pueden ayudar a garantizar las tradiciones democráticas de Haití y asegurar una voz para el pueblo haitiano en su gobierno”.

Envío de ayuda para Haití

Después del asesinato del presidente, Haití pidió a Estados Unidos y a la Organización de las Naciones Unidas que enviaran tropas para ayudar a mantener el orden, pero Estados Unidos se negó. En cambio, el presidente Biden envió a altos funcionarios del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional para apoyar con la investigación.

“Estados Unidos ofrece sus condolencias al pueblo de Haití, y estamos listos para ayudar mientras continuamos con el trabajo por un Haití seguro”, dijo el presidente en un desplegado el 7 de julio.

Las elecciones para un nuevo presidente y un referéndum constitucional en Haití, pospuesto desde 2019, están agendados para el 7 de noviembre.

Un hombre camina a través de un área inundada cuando las fuertes lluvias causadas por la tormenta tropical Grace azotaron Haití, poco después de que un terremoto de magnitud 7.2 arrasara, el 17 de agosto, en Les Cayes. (Richard Pierrin/Getty Images)

Después del terremoto en Haití, Biden declaró: “A través de USAID, estamos apoyando las acciones para evaluar los daños y ayudar en los esfuerzos para rescatar a los heridos y a los que ahora deben reconstruir. Estados Unidos sigue siendo un amigo cercano y duradero del pueblo de Haití, y estaremos ahí en el escenario posterior a esta tragedia”.

Llamado de organizaciones de derechos humanos

El 30 de agosto, un total de 344 organizaciones de derechos humanos enviaron una carta a Biden y a sus funcionarios principales donde instan a su administración a detener los vuelos de deportación a Haití en medio de la crisis.

“Desde el 1 de febrero de 2021, la administración envió al menos 37 vuelos de deportación a Haití, incluso cuando sus funcionarios reconocieron internamente que los deportados ‘podrían enfrentar situaciones perjudiciales’ a su regreso, además de que la pandemia de COVID-19 se potenció”, dice la carta.

“Para marzo, la Administración Biden-Harris había expulsado a más haitianos desde que ocupó el cargo que durante todo el año fiscal 2020. Muchos de los deportados se ven obligados a regresar a vecindarios controlados por pandillas, con secuestros constantes, en un ambiente ya inestable, ahora abrumado por la calamidad [del terremoto]”.

Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone



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