La promesa de Año Nuevo: un estilo de vida sano

Casi todo mundo lo desea, pero pocos lo logran.

Comenzar con una vida sana no es sencillo a primera instancia, pues los cambios no se notan en un abrir y cerrar de ojos. Es una transición lenta y completa hacia un nuevo estilo de vida. Muchas personas deciden lanzarse por este camino a la par del Año Nuevo.

El éxito en este proceso está en no decaer durante el tiempo en que se empieza y mientras el cuerpo se acostumbra. Los resultados se dan progresivamente, así que la meta tiene que mantenerse clara en la mente hasta conseguir el objetivo deseado.

Un estilo de vida más saludable

En este camino fit habrá errores, pero esto es parte del cauce natural de la evolución física, mental y emocional. Al principio es difícil, pero cada día que se vuelve más fácil. Es recomendable iniciar poco a poco, pues llevar al cuerpo y mente a un extremo de lo acostumbrado ocasiona desequilibrios que a mediano y largo plazo pueden resultar dañinos. Además, la expectativa puede ser muy alta, y la falta de resultados rápidos podrían llevar al abandono del programa de entrenamiento o de mejorías en la dieta.

Una dieta sana podría ser el aspecto más importante de una vida saludable. (Foto de Jez Timms/Unsplash)

Se sugiere incorporar pequeños cambios a la rutina las primeras semanas. Se puede ir al gimnasio, pero no necesariamente debe ser toda la semana, tres horas al día. Al inscribirse, se escogen tres o cuatro sesiones, con días de descanso, hasta que el cuerpo pide más y ya soporta jornadas de esfuerzo físico.

“Un tip por excelencia que puedo compartir con todos es el limpiar su vida”, dijo Farid Naffah, experto en ingeniería corporal, “y van a comenzar por limpiar la alacena, sacar de la despensa todos esos alimentos procesados, pecaminosos, chucherías, golosinas, chocolates, galletas, todas esas cosas que sabemos que van a interferir con el estilo de vida saludable”.

Se trata de dominar la decisión y la acción que se agregue dentro de la rutina diaria, para que el cambio sea permanente una vez que se refleje. Con respecto a la comida, deben evitarse los alimentos procesados, aumentando en su lugar verduras, grasas “buenas” y proteína. Hay que recordar que los cambios se deben en una mayor parte a lo que se come, y no al ejercicio que se haga.

Perder peso no es necesariamente lo más importante. El cambio se refleja en el estado de ánimo, en la seguridad y en las emociones experimentadas, así como en los pensamientos. Las medidas indican que hay cambios, así que medirse cada semana o cada quince días es una forma de ver el progreso de los resultados. Cada persona tiene un metabolismo diferente; no es sano estar pegados al espejo todo el tiempo. Hay que ser objetivo y constante antes, durante y después del entrenamiento.

Otra recomendación es no compararse con nadie, ni del círculo cercano ni menos con la gente famosa. En redes sociales todos apuestan por mostrar el lado perfecto de sus vidas, pero nadie más que esas personas saben cómo es la realidad detrás de las apariencias. Tener un estándar impuesto puede provocar desánimo, ya que este tipo de transición es lento… pero seguro.

El ejercicio es una parte importante de la rutina, para fortalecer el cuerpo y permitir estar en forma. (Foto de Hristo Rusev/Getty Images)

“Otro tip que siempre recomiendo a las personas que me piden consejos es que en sus redes sociales empiecen a seguir cuentas que estén más relacionadas con la meta que están buscando”, dijo Farid Naffah, “por ejemplo, cuentas de ejercicio. Pero ojo, deben tener cuidado; este tip es para que sirvan de motivación y de guía, no para que basen sus vidas ciegamente en esas cuentas. Sin duda YouTube, Instagram, cuenta con importantes perfiles que pueden ayudar en infinidad de consejos que cada quien debe ir tomando según sus necesidades, pero insisto, no al grado de obsesión”, dijo.

Cuando una persona disfruta de lo que hace es menos propenso a abandonar la actividad. Para perder grasa, debe haber un déficit de calorías, pero en la alimentación nadie necesita torturarse para lograrlo. A algunos les funciona comer sin una regularización. Reducen la cantidad de azúcar o grasas, pero en otros casos asisten al nutriólogo. Lo que a cada persona le acomode es respetado, pero sí se necesita de disciplina para no caer en tentación cada segundo o tercer día.

No todo se trata de hacer ejercicio y estar a dieta. El cuerpo necesita reposo, porque los músculos deben descansar para regenerarse después del entrenamiento y crecer. De hecho, la hormona del crecimiento incrementa al dormir, lo que permite al cuerpo quemar grasa con más eficiencia. Dormir y descansar bien reduce la hormona del estrés y el cortisol.

Un estilo de vida fit puede parecer una montaña rusa, pero el éxito se alcanza al no bajarse de ella, a pesar de los malos ratos. Con las ganas de cambiar y fuerza de voluntad, pueden lograrse muchas cosas, y el arranque del año es un buen momento para empezar.

(Edited by Melanie Slone)



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