No ejercen su carrera, pero aman su profesión

A apenas los 17 o 18 años, los jóvenes latinoamericanos enfrentan una de las decisiones más complicadas y tal vez más trascendentales de su vida: qué carrera universitaria elegir.

Culturalmente, se cree que de esta elección dependerá el éxito profesional que se tendrá en la vida. Sin embargo, varias son las razones por las cuales terminan ejerciendo una carrera distinta a la elegida a esta edad, aun después de titularse.

“Estudié pedagogía porque era una carrera que en ese momento se clasificaba de alta importancia, no solo en el sector de la educación, sino también en el plano empresarial”, dijo Mariana Manzano, egresada de la Universidad Veracruzana.

“Finalmente, nunca la ejercí porque dediqué mi tiempo al negocio de mi esposo, que tiene que ver con sistemas computacionales”.

Al graduarse de sus estudios universitarios, muchos jóvenes se encuentran con un mercado laboral complicado. (Brett Jordan/Unsplash)

De acuerdo con un informe de A3O Group, empresa dedicada al reclutamiento y selección de personal, hasta 2018, dos de cada tres egresados de la universidad dedican su tiempo a trabajos totalmente diferentes a las carreras que estudiaron.

Si bien el Instituto Mexicano para la Competitividad resalta que los estudios universitarios son primordiales para aumentar las posibilidades de éxito profesional entre los egresados, tras salir de las aulas muchos se enfrentan a un mercado laboral muy competitivo y de pocas oportunidades.

“Sí busqué colocarme en escuelas privadas”, dijo Manzano.

“Toqué varias puertas; incluso metí papeles en varias empresas de ciudad industrial, pero al tiempo me di cuenta que mi carrera no era atractiva, ni siquiera en el sector de la educación, porque ese sector está viciado. Las escuelas apuestan más por un licenciado en educación que por un pedagogo, y en caso de requerir uno, se inclinan más por un psicólogo”.

Aunque es importante dedicarse a algo que nos gusta, como lo hizo Manzano, el factor económico siempre juega un papel primordial. Es decir, hay que pensar en si la carrera que uno tiene en perspectiva va a redituar económicamente una vez que se egrese.

“Aquí, lo verdaderamente importante es que nuestros jóvenes tengan la asesoría adecuada en el momento indicado”, dijo Édgar García, psicólogo por la Universidad Cristóbal Colón.

“Por una parte, ellos deben ir perfilando hacia dónde quieren encaminarse. Por otra parte, están los test vocacionales que, aplicados por expertos, le pueden brindar certeza sobre si se trata de una buena o mala decisión”.

Las opciones de trabajo son limitados, y es importante elegir algo que permita vivir y a la vez sea placentero. (Firmbee/Unsplash)

De acuerdo con el especialista, contar con apoyo profesional para tomar esta decisión tan importantes se ha vuelto fundamental, pues evita que los jóvenes deserten de los planteles de educación superior.

“He atendido a varios jóvenes en esta materia en específico, traídos por sus padres”, dijo García.

“Les aplico distintas pruebas, incluso psicométricas, claro con disposición de ellos, y de esta forma podemos determinar su perfil y encontrar coincidencias con la carrera de su elección en caso de que existan”.

Al paso del tiempo, Manzano reconoce que su carrera universitaria en pedagogía le ha dejado pocas satisfacciones laborales y económicas. Aun así, no se arrepiente de haberla elegido, pues cumplió con un propósito que anhelaba desde la preparatoria.

“Primero es difícil, después es triste, porque yo he podido desarrollarme en otro plano en el que también me siento feliz y gano dinero, pero veo a mis compañeros, mujeres en su mayoría, que les sucedió lo mismo. Aquí lo importante es que las universidades dejen de ofertar carreras que van en declive”, dijo.

(Editado por Melanie Slone y LuzMarina Rojas-Carhuas)



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