Tatuadores mexicanos: creatividad y cuidados sanitarios

Un tatuaje es para toda la vida; confía en quién te lo haga.

Los tatuajes tienen diversos significados para las personas que los portan — desde la vanidad hasta un sentido altamente emocional y personal. Con el paso de los años ha habido una apertura social, pues actualmente ver una persona tatuada ya no es asociado con la “delincuencia”; ahora podemos ver a todo tipo de personas portar uno por diferentes razones. Ya no es legal en México discriminar a los empleados por portar tatuajes. 

Se tiene un registro histórico del tatuaje de hace unos 5 mil años. Asimismo, varias culturas en el mundo lo adoptaron, con diferentes propósitos que van desde lo estético hasta para indicar un estatus social o religioso. ¿Quiénes viven hoy de este trabajo?

Tatuar y ganarse la vida

La industria del tatuaje es una de las más remunerables, no solo en América Latina, sino a nivel mundial. Genera anualmente cerca de 190 millones de dólares. Tan solo en México, más de 12 millones de personas están tatuadas, según estimó el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en 2019.

Diversas organizaciones mexicanas estiman que la cifra de tatuadores se ha multiplicado considerablemente durante la última década; hay más de seis mil dibujantes en el país, una cifra que representa solo una idea del gran panorama.

Antes de tatuarse siempre hay que asesorarse con profesionales. Hay que cuidar que el arte se realice en lugares con altos estándares de sanidad y que el tatuador tenga las certificaciones pertinentes.

Quien tiene el don de dibujar sobre la piel sabe que, mientras más preparado esté uno, más se podrá atraer a clientes. Pueden considerarse buenos en su oficio por sus diseños propios o simplemente por la habilidad de transferir la idea del cliente a su piel.

Cuando se decide emprender con un estudio de tatuajes, deben considerarse varias cosas, como el pago de una renta por el local donde se pretende establecer, el pago de certificaciones y permisos de sanidad para poder operar, agua, luz, y lo importante, comprar todo el equipo — máquinas e insumos como tinta, agujas y materiales para desinfectar áreas. Es lo más importante para el buen funcionamiento del lugar.

“Inicié hace aproximadamente 6 años”, dijo Juan Muñoz Crisanto, tatuador profesional y dueño del estudio “Crisanto Tattoo”. “Trabajé antes en 2 empresas para poder ahorrar y poder seguir mi sueño que era poner mi estudio de tatuajes”.

“Antes tatuaba en mi hogar, pero yo quería instalar mi estudio, así que ahorré y aquí estoy en mi estudio, Crisanto Tattoo, desde hace año y medio, gracias a la confianza de mis clientes”, dijo.

The tattoo artist must inspire trust before the session starts, so that the client is as calm as possible. *** El tatuador debe inspirar confianza antes de comenzar la sesión, para que el cliente esté lo mas tranquilo posible. (Charlie Ramírez/Café Words)

De la idea a la piel

La originalidad juega un rol principal en un estudio. Muchas veces la persona que se va a tatuar solo desea portar un buen diseño, sin que este tenga un significado detrás. Varían tanto los tamaños como las técnicas, y los diseños muchas veces son fusiones de ideas del cliente, o simplemente de dibujos que ellos llevan y desean integrar en una sola pieza. Aquí juega un papel importante el tatuador, ya que de su creatividad deberá hacer la mejor combinación, tanto del dibujo como de los colores.

“Es importante como tatuador estar a la vanguardia en cuanto a técnicas de tatuar, como también de colores, para así darle una mejor orientación al cliente antes de tatuarlo y que esté plenamente convencido de su diseño”, dijo Muñoz Crisanto. “Hay veces que tenemos que adecuar tamaños, la posición del tatuaje y hasta recomendar cuál es la mejor zona para tatuar su diseño. La complejidad varía del tipo de diseño, hasta qué tan grande o pequeño es”.

Existen tatuajes que pueden llevar más de seis horas en realizarse. Debido a que muchas veces las personas se cansan, se tienen que hacer en dos sesiones, para que el cliente pueda soportar tanto el dolor como la postura, además de que no se agote el tatuador.

“Hay personas que se ponen un poco nerviosas por la situación de las agujas”, dijo Muñoz Crisanto. “Sin embargo, yo trato de platicar con ellos para que poco a poco ganarme su confianza y hacerlo sin ningún problema.

“El cliente se enfoca tanto en la plática que muchas veces no se da cuenta que ya concluyó la sesión. Aquí en Crisanto Tattoo, nos hemos ganado la confianza del público a base de hacer buenos trabajos, y sobre todo a precios accesibles”, dijo.

Preguntar sobre el tatuaje y su ubicación en el cuerpo es primordial, ya que estará plasmado para toda la vida. Además, siempre hay que asegurarse de las condiciones sanitarias del lugar. Así, toda la experiencia es grata.

(Editado por Melanie Slone)



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