Biden apuesta por vehículos eléctricos; la industria automotriz mexicana puede verse impactada

El presidente Joseph R. Biden Jr. prometió el martes un futuro para los vehículos eléctricos producidos en Estados Unidos. En una fábrica de Ford en Detroit, Biden se comprometió a no sacrificar empleos de estadounidenses, y a asegurarse que estos cuenten con sindicatos, sean bien remunerados y tengan prestaciones.

Esta decisión puede impactar a la industria automotriz mexicana. México es el sexto productor de automóviles del mundo y el país latinoamericano con la mayor producción de vehículos de motor, con 3.2 millones de unidades producidas el año pasado, según Statista.

El recorrido de Biden por el Ford Rouge Electric Vehicle Center ocurre un día antes de que el fabricante de automóviles presente su nueva camioneta pickup eléctrica F-150 y en medio de un creciente debate sobre el plan de infraestructura de 2.25 billones de dólares que el presidente de Estados Unidos presentó al Congreso. Dicho plan incluye inversiones en vehículos eléctricos. Si bien sus opositores son principalmente legisladores republicanos, los sindicatos también han expresado su preocupación por un tránsito demasiado rápido hacia los autos eléctricos.

En su discurso, Biden dijo que los fabricantes de automóviles y los trabajadores estadounidenses no pueden ignorar un mercado de vehículos global que se transforma.

El presidente ejecutivo de Ford Motor Company, Bill Ford, posa con la camioneta Ford F-150 King Ranch 2021, en un evento en su fábrica en Detroit en septiembre de 2020 (Nic Antaya/Getty Images).

“El futuro de la industria automotriz es eléctrico. No hay vuelta atrás”, dijo Biden después de ver la Ford F-150 Lightning.

“La industria automotriz estadounidense se encuentra en una encrucijada, y la verdadera pregunta es si somos líderes o nos quedamos atrás en la carrera hacia el futuro; si construimos estos vehículos y las baterías que utilizan aquí en Estados Unidos o si dependemos de otros países [que los produzcan]”, dijo.

La pickup eléctrica F-150 pertenecerá al primer conjunto de vehículos eléctricos de la compañía, que incluye al Mustang Mach-E lanzado al mercado el año pasado y una furgoneta Transit eléctrica que aún está en proceso. La producción comenzará la próxima primavera, con el objetivo de salir de la línea de ensamblaje en 2022.

Cuidar el medio ambiente, pero que los empleos se queden en Estados Unidos

En su discurso, Biden expresó su respaldo a los trabajadores estadounidenses. Al llamar a su plan de infraestructura su “proyecto obrero para reconstruir Estados Unidos”, el presidente prometió que este crearía un acuerdo económico más justo para la clase trabajadora norteamericana que el de las últimas décadas.

“Se sienten excluidos y abandonados en una economía y una industria que está cambiando rápidamente”, dijo Biden. “Pero no dejaremos a nadie atrás”.

“Si actuamos para salvar el planeta, podemos generar millones de empleos bien remunerados”.

Los vehículos eléctricos son fundamentales para el plan de empleo de Biden, que incluye una inversión de 174 mil millones de dólares para “ganar” en la carrera mundial de dichos vehículos.

Además de ofrecer a los consumidores descuentos en los puntos de venta e incentivos fiscales para que compren vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos, la propuesta tiene como objetivo crear subvenciones e incentivos para los estados y las empresas privadas que se unan a una red nacional de 500 mil cargadores de vehículos eléctricos para 2030. También busca suplir 50 mil vehículos de diésel y reemplazar por vehículos eléctricos el 20 por ciento de los autobuses escolares y públicos de la flota federal, incluyendo los del Servicio Postal.

Los planes han sido bien recibidos por los grupos ambientalistas.

“Este amplio plan es un excelente punto de partida para transformar nuestra infraestructura y crear empleos, promover la equidad y hacer posible un futuro con bajas emisiones de carbono”, dijo Steven Nadel, director ejecutivo del American Council for an Energy-Efficient Economy.

“Este plan sería un gran paso hacia el cumplimiento de nuestros desafíos económicos y climáticos”.

Un trabajador coloca una batería en un vehículo híbrido Ford en una planta en Wayne, Michigan, en 2012. (Bill Pugliano/Getty Images)

Sin embargo, los activistas por los derechos laborales se muestran preocupados porque los vehículos eléctricos requieren menos piezas y mantenimiento.

Aunque Biden prometió apoyo para fortalecer los sindicatos y brindar capacitación a los trabajadores estadounidenses para “operar y mantener esta infraestructura del siglo XXI”, algunos líderes sindicales dicen que les preocupa el impacto que el cambio pueda tener en los empleos estadounidenses.

El sindicato United Auto Workers (UAW), cuyos miembros trabajan en la planta Ford de Michigan, advirtió que el impulso por los vehículos eléctricos podría significar menos puestos laborales en la línea de ensamblaje, y pidió ayuda para proteger los empleos sindicalizados y a los trabajadores despedidos en “la transición”.

“Necesitamos asegurarnos de que los trabajadores estadounidenses fabriquen estos vehículos y autopartes aquí en Estados Unidos, con empleos bien remunerados y sindicalizados”, dijo el presidente de United Auto Workers, Rory L. Gamble, a Zenger News.

Por eso, el UAW cree que cualquier estímulo económico federal y estatal debe nutrir directamente “los empleos de aquellos que ensamblan vehículos aquí en los Estados Unidos y que fabrican autopartes en los Estados Unidos”, dijo.

El presidente Joseph R. Biden Jr, entonces candidato del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, habla en un mitin en Detroit en octubre de 2020 (Drew Angerer/Getty Images).

Además de Ford, General Motors se ha comprometido a invertir otros 9 mil millones de dólares en plantas de baterías y vehículos eléctricos en Michigan, Ohio y Tennessee.

La UAW criticó la decisión “indecorosa” de General Motors, competidor de Ford, de invertir mil millones de dólares en la construcción de vehículos eléctricos en su planta de México, y dijo que ningún subsidio federal debería destinarse a la producción fuera de Estados Unidos.

El sindicato también criticó el plan de Ford de producir un vehículo eléctrico independiente en México, donde la empresa ya fabrica el Mustang Mach-E.

Un cuidadoso equilibrio con miras electorales

Los empleos de la industria automotriz son un tema político y económico candente en Michigan.

Llamada “la Ciudad del Motor”, Detroit ha sido reconocida durante mucho tiempo como el corazón histórico de la industria automotriz estadounidense. Esta ha contribuido de manera importante a la demografía de la clase trabajadora del estado y de la región conocida como el Cinturón del Óxido. Alrededor del 22 por ciento de los más de 1.8 millones de empleos que pagaron por encima de la media nacional en Michigan en 2019 eran de obreros, según la organización sin fines de lucro Michigan Future, Inc.

Ese año, más de 38,200 personas han trabajado en la industria automotriz de Michigan, que pertenece a los llamados estados oscilantes en materia electoral y ha jugado un papel importante en las dos últimas elecciones presidenciales. El expresidente Donald J. Trump superó a la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton en el estado por solo un 0.2 por ciento en 2016, lo que marcó la primera vez que el estado eligió a un republicano para presidente desde 1996.

En 2020, la clase trabajadora de Michigan, incluidos los empleados de la industria automotriz, aún luchaban contra la pérdida de puestos de trabajo cuando las plantas y los concesionarios tuvieron que cerrar y las ventas cayeron a raíz de la pandemia de COVID-19.

Trump aseguraba haber salvado a la industria, pero su relación con las empresas automotrices se había tensado cuando su administración intentó relajar los estándares de control de emisiones de carbono y desafió a la Junta de Aire y Recursos de California por su esfuerzo por disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Tanto Ford como General Motors criticaron las medidas de Trump, y esta última se inclinó públicamente por el plan de Biden sobre empleos y recuperación económica, “Reconstruir mejor”.

Donald Trump, en ese momento candidato presidencial del Partido Republicano, se dirige al Detroit Economic Club en agosto de 2016, en Detroit. (Bill Pugliano/Getty Images)

El camino que Trump siguió  permite mirar el cuidadoso equilibrio que Biden necesita mantener entre buscar opciones de transporte limpio y atender a la clase trabajadora en estados como Michigan, dijo a Zenger News Rachel Greszler, miembro de la Fundación Heritage.

“Los trabajadores de la industria automotriz ya enfrentan dificultades cuesta arriba. La fabricación de automóviles en Estados Unidos hoy es solo un tercio de lo que era hace dos décadas. Ahora el presidente quiere reemplazar los vehículos que funcionan con petróleo por vehículos eléctricos que requerirán como un 30 por ciento menos de mano de obra”, dijo. “No tiene sentido usar el dinero de los contribuyentes para forzar un cambio antinatural hacia los vehículos eléctricos que podría resultar en la pérdida de decenas de miles de empleos”.

Un cambio de preferencia hacia los vehículos eléctricos “ya estaba en marcha”, dijo Greszler, y Biden solo está acelerando la pérdida de empleos.

“Acelerar los cambios en el mercado laboral … no es la forma de ayudar a los trabajadores ni de ganar su apoyo”, dijo.

La entonces candidata demócrata Hillary Clinton llega al Aeropuerto Metropolitano de Detroit con el empresario Mark Cuban en noviembre de 2016. A menos de una semana de las elecciones, Clinton hacía actos de campaña en Pensilvania, Ohio y Michigan. (Justin Sullivan/Getty Images)

Pese a todo, Biden ahora tiene que encontrar el momento adecuado para poner en marcha su plan de vehículos eléctricos y asegurarse de que su partido no vuelva a perder Michigan. Si se maneja adecuadamente, Biden, o su sucesor demócrata, aún puede recuperar el estado como un sólido enclave para su partido.

“El cambio a los vehículos eléctricos será relativamente gradual”, dijo a Zenger News Dean Baker, economista senior del Centro de Investigación Económica y Política.

“Eso no quiere decir que nadie perderá su trabajo, pero no será nada como la pérdida de empleos que se dio después del TLCAN y la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio”, dijo. “Biden hará todo lo que esté a su alcance para garantizar que estos sean empleos bien remunerados y estén sindicalizados”.

(Traducido y editado por Gabriela Olmos. Editado por Melanie Slone)



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