Un tianguis es una herencia del México prehispánico que perdura aún en nuestros días.
La palabra tianguis viene del náhuatl ‘tianquiztli’, mercado o sitio público. Los mexicas y otros grupos nativos de México y el resto de América los usaban para intercambiar alimentos y otros bienes.
Hoy, como la principal fuente de ingresos para muchas familias mexicanas, un local o espacio para vender en un tianguis significa mucho. En estos mercados al aire libre se venden desde alimentos hasta ropa y artículos nuevos o usados, como calzado, maquillaje, electrónica, juguetes, películas y discos de música.
En la ciudad de Boca del Río, Veracruz, hay un tianguis donde la gente del lugar intercambia productos a la vez que socializa.
“El Tianguis de Boca del Río cumplió 33 años de estar al servicio de la gente”, dijo Benito Jacome García, comerciante y locatario en este tianguis. “En ese tiempo te podría decir que hemos visto crecer familias, donde hasta ya van en la tercera generación”.
Es la fuente de trabajo para muchas familias.
“Desde tempranito llegamos, antes de las 9 de la mañana ya estamos bajando la mercancía para poderla colgar y que los clientes vean las playeras en todos los modelos que tenemos”, dijo Jacome García. “Los precios son muy accesibles, a diferencia de las tiendas en la plaza”.
En este lugar, todos forman una comunidad que se preocupa por mantenerse a flote.
“Los locatarios son como si fuéramos una familia grande. También no te miento, nos ha tocado despedirnos de algunos fundadores, pero aquí seguimos los demás atendiendo a la gente”, dijo Jacome García.
Una vez ya instalados y con la mercancía a la vista del público, los locatarios gritan “pásele, pásele”, o “¿qué busca, amiguito?”. Es la forma agradable para dar a conocer a la gente los productos a precios bajos y atraer clientes al espacio para vender.
Con más de tres décadas ya instalados en el corazón del municipio boqueño, los locatarios fundadores recuerdan que llegaron a un enorme terreno sin piso, donde todos ponían lonas y grandes sabanas a fin de tapar un poco los intensos rayos del sol.
Con el paso de los años, gracias a la cooperación de todos, los tianguistas fueron mejorando las condiciones del terreno, al fin de cercarlo y construir baños y estacionamiento alrededor. Ya cada dueño de los espacios del tianguis se hace cargo de personalizar mejor su local, como poner stands, piso, probadores, espejos, y demás.
“Nosotros vendemos ropa, mejoramos nuestro espacio a fin de que el cliente se sienta mucho mejor comprando, tenemos probadores, espejos, como cualquier tienda de ropa. Tenemos pantalones para toda la familia con precios desde los $250 pesos hasta los $350 pesos”, dijo Mariana Tejeda Zarate, comerciante y locataria de ropa de mezclilla en el Tianguis de Boca del Río, Veracruz.
El tianguis tiene temporadas altas de demanda, como en Semana Santa y diciembre, cuando la gente busca ropa de acuerdo con la temporada. También se vende comida, como carnitas estilo Michoacán, cemitas o quesadillas poblanas o cócteles de mariscos, los cuales ya tienen una clientela de antaño para satisfacer según el antojo de la gente.
El Tianguis de Boca del Río se encuentra cerca de la cabecera municipal. Abre solo los jueves, sábados y domingos, de 9 de la mañana a 9 de la noche.
Debido a la pandemia de COVID-19, cuenta con un cerco sanitario donde se mide la temperatura, se da alcohol en gel para manos y se tiene una ‘cabina sanitizante’ para los clientes.
Sin importar la circunstancia, la gente de este tianguis no para de trabajar y socializar.
(Editado por Melanie Slone y Luz Marina Miniter)
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