La huelga de Río Blanco, antecedente de la Revolución Mexicana

Veracruz jugó un papel estelar en los años que precedían a la Revolución Mexicana.

En 1907, tres años antes de que la Revolución estallara, se amotinaron obreros de la fábrica veracruzana de hilados y tejidos de Río Blanco, en la ciudad de Orizaba. El movimiento se extendió a fábricas en otras ciudades y fue un precursor de la revuelta nacional. La consecuencia fue el deceso de todos los trabajadores de la fábrica.

Dos años antes, en 1905, se había alzado la Sociedad Mutualista de Ahorros, lo que ayudó a que en 1906, se constituyera el Gran Círculo de Obreros Libres, con José Neira Gómez y Juan Olivar como los promotores delegados del Partido Liberal Mexicano.

The city of Orizaba, Veracruz, Mexico. *** La ciudad de Orizaba, Veracruz, México. (Urvashi Makwana)

Dentro de sus cláusulas secretas había un manifiesto que indicaba las relaciones y reuniones secretas de este círculo social con la Junta Revolucionaria, en San Luis, Missouri, donde Ricardo Flores Magón era el presidente. Había sido exiliado por órdenes de presidente Porfirio Díaz, quien ya tenía casi tres décadas en el poder. Estos grupos buscaban sacar a Díaz de la presidencia, y se dice que lideraban a los obreros.

En diciembre de 1906, varios obreros tlaxtalcetas y poblanos que trabajaban en la industria textil se declararon en huelga, buscando un ambiente laboral ‘digno’. Pero los dueños hicieron un paro patronal, o ‘lockout’, el 24 de diciembre, por lo que muchas personas no recibieron su sueldo.

Aquello derivó en que los obreros pidieran ayuda al presidente Díaz, quien mandó a que se reanudaran las actividades laborales el 7 de enero de 1907. Los obreros respondieron con molestia y reclamaban que su libertad de asociación y prensa se vieran comprometidas.

Workers protest outside the main door of the Hilos de Río Blanco Factory in Orizaba, Veracruz, Mexico, during the Río Blanco Lockout on January 7, 1907. CTM photo archive. *** Obreros amotinados protestan frente a la puerta principal de la Fábrica de Hilos de Río Blanco, en Orizaba, Veracruz, México, durante los sucesos de la Huelga de Río Blanco el 7 de enero de 1907. Archivo Fotográfico CTM. (Wikimedia Commons, public domain)

“La huelga tenía como intención hacer valer los derechos de los trabajadores, la mejoría de las condiciones de trabajo y el aumento de los sueldos”, dijo Salvador Rodríguez, cronista veracruzano egresado de la UNAM. “Nació sí como una rebelión por así llamarlo, pero siempre pacífica. El movimiento fue pacífico hasta que el presidente le dio la espalda a los trabajadores y dio el beneficio a la iniciativa privada”.

La respuesta de los obreros de Río Blanco fue la de no aceptar la resolución del presidente, pues consideraban que solo los empresarios salían beneficiados. Así, el día en que se reanudaban labores, alrededor de dos mil trabajadores del Círculo de Obreros Libres se reunieron para amotinarse justo frente a la fábrica, aventando rocas y tratando de quemarla.

Los trabajadores saquearon y quemaron la propiedad de Víctor Garcín, un empresario que estaba protegido por los dueños de las fábricas y el propietario de dos almacenes. Después, corrieron a la cárcel para liberar a los prisioneros.

Hoy, muchos mexicanos apoyan a los huelguistas.

“Los trabajadores tenían razón”, dijo Rodríguez. “Laboraban en condiciones precarias y los horarios laborales rondaban las 14 horas al día. Apenas y se les daba algunos minutos para conseguir alimentos y los sueldos eran bastante bajos, de hecho se les pagaba 35 centavos por un día de trabajo”.

Varios soldados dispararon contra los obreros que lograron huir a ciudades cercanas, donde saquearon otra tienda, además de detener el servicio del tranvía de la ciudad, cortar la energía eléctrica y sacar propiedades de otros acaudalados. Los que no llegaron y trataron de escapar fueron interceptados por las fuerzas federales, que arrasaron contra todo el que se moviera — hombres, mujeres y niños.

No hubo un registro exacto, pues las cifras reales no se mostraron por parte del Gobierno de Díaz ni del Gobierno Estatal, pero se creyó que los muertos rondaban entre 400 y 800. Hubo testigos que vieron los cuerpos inertes cargándose hacia plataformas del ferrocarril, supuestamente para ser desaparecidos, mientras que aproximadamente 240 operarios — hombres y mujeres — fueron encerrados en la prisión.

Porfirio Díaz ofreció una cena a los empresarios provenientes del extranjero. Muchos decían que él dio la espalda a su propio pueblo. Otros afirman que Díaz industrializó el país y lo llevó hacia la ‘modernidad’. Como sea, en noviembre de 1910, la Revolución Mexicana estalló.

Se comenta que estos hechos en Río Blanco, Veracruz — conocidos como la ‘Huelga de Río Blanco’ — fueron un parteaguas hacia la Revolución.

(Editado por Melanie Slone)



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