Ser periodista es una labor poderosa que conlleva mucha responsabilidad.
En México y gran parte de América Latina, esta labor implica buscar transmitir información delicada. Muchas veces, los periodistas se sienten amenazados, o hasta son asesinados al realizar su trabajo. En la región, cada vez hay más restricciones, presión e intimidación para acallar la libertad de expresión.
“Desde mi punto de vista, el peligro de ser periodista se traduce para mí en tres aspectos. Es peligroso dependiendo de uno, qué fuentes cubres; dos, en qué región de Latinoamérica estás; el medio para el cual trabajas”, dijo Apolinar Velazco Quintero, periodista titulado por la Universidad de Los Andes, en Venezuela.
En la edición 2020 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), se muestra que en América Latina hay un excesivo deterioro con respecto a la libertad de prensa, y los casos más alarmantes y notorios se han presentado en Ecuador, Bolivia, Venezuela, México, Cuba y Argentina. Además, el problema del acoso cibernético hacia los periodistas se ha acrecentado.
De país en país, hay casos similares. Solo en la práctica los periodistas aprenden que el clima de ataques e insultos es parte de lo que deben afrontar.
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“El medio para el que trabajas es importante, porque hace que te vean de una manera o de otra. La región es otra; tanto en Venezuela como en México hay ciudades y estados donde la inseguridad para el periodista está mucho más marcada”, dijo Velazco Quintero.
Las cifras en México respecto a bajas de los profesionales de la prensa son alarmantes. RSF lo califica como, “el país sin guerra más peligroso para ejercer el periodismo, solo por detrás de Afganistán y Siria”.
Otras naciones con condiciones similares son Guatemala, Honduras y Colombia, donde la población es testigo de las denuncias periodísticas diarias, el acoso verbal y físico, y hasta la muerte.
En lugares como Ecuador y Chile, las agresiones a periodistas han aumentado, desde los ataques verbales hasta físicos, lo que hace difícil que puedan siquiera terminar sus trabajos informativos.
En Bolivia se han registrado aumentos en los ataques y agresiones durante protestas relacionadas con el gobierno. Así, es más complicado que la ciudadanía se entere de las actualizaciones políticas. El exilio del expresidente Evo Morales en 2019 exacerbó el problema.
En Venezuela, la mano de Nicolás Maduro y el autoritarismo del gobierno chocan con la fuerza de la prensa. Los periodistas sufren de violencia y el bloqueo del Internet y redes sociales. Además, periodistas extranjeros han sido expulsados.
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En Nicaragua se sufre de una represión similar, donde las detenciones y exilio a periodistas se dan muy seguido, además de los comunicados oficiales con una escasez de materia prima para la prensa.
También Argentina registra un incremento en las agresiones a periodistas durante las manifestaciones.
Costa Rica y Uruguay son dos países donde el periodismo goza de cierto nivel de estabilidad, pero hay falta de oportunidades laborales en el ramo.
“En general los periodistas en México y Latinoamérica hemos aprendido a cuidarnos y a evitar poner nuestras vidas en riesgo, porque finalmente ir más allá en un tema puede ser candente para algunos grupos y pueden ponerte en riesgo”, dijo Velazco Quintero.
Los periodistas latinoamericanos, en especial las mujeres, también reciben amenazas por Internet.
Difícilmente son respaldados, y los medios de comunicación se ven obligados a ceder o a buscar la forma de encontrar vías y alternativas creativas para continuar informando a la población qué es lo que pasa fuera de sus hogares.
(Editado por Melanie Slone y LuzMarina Rojas-Carhuas)
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